El gateo desarrolla los hemisferios cerebrales en el bebé
- llarmamapata
- 14 feb 2017
- 3 Min. de lectura

Muchas veces el desarrollo natural del gateo en el bebé próximo al año, se encuentra condicionado por figuras protectoras, o progenitoras, que acelera precozmente su evolución, cambiando hábitos y rutinas que deben respetarse en edades tan cortas.
Gatear en un bebé no es solo sinónimo de movilidad, también lleva asociado numerosas cargas emocionales y fisiológicas internas y externas.
Según los expertos el gateo favorece la asociación y relación de ambos hemisferios, derecho e izquierdo, y prepara al pequeño tanto en entornos visuales de reconocimiento, y apoya el lento crecimiento de músculos y huesos en formación.
El contacto con el suelo no solo potencia las fuerzas físicas, aguante, y dureza del organismo fisiológico, sino que ayuda a los procesos de aprendizaje y memoria.
¿Qué habilidades mejora gracias al gateo?
Como decíamos antes, el contacto con el medio, en este caso el suelo, tiene efectos muy positivos en el bebé, favorece el desarrollo intelectual, lo que implicará un mayor desarrollo y manejo posterior en los aprendizajes asociados a centros escolares o extraescolares, entre otras actividades.
Además de reforzar toda una autonomía física e intelectual, a nivel emocional el gateo le permite establecer mejores relaciones con sus progenitores o cuidadores.
El bebé es capaz de sentir libertad, pero reconoce consejos, caricias, ayudas en su entorno. Es capaz de explorar el suelo por el que gatea, al igual que las personas que se aseguran de su estabilidad.
A nivel físico más palpable, gatear desarrolla la estructura de los hombros, codos, muñecas, tobillos y rodillas, ya que tiene que realizar un gran esfuerzo para intentar ponerse en pie, o agacharse continuamente.
A la hora de relacionarse con las sensibilidades, el pequeño es capaz de disfrutar de diferentes texturas, y sensaciones que le llegan a través de los dedos y la palma de la mano, que le permitirá desarrollar los proceso mentales cognitivos, al igual que los instintos más inmediatos, como frío, calor, templado.
En este aprendizaje, todo el cuerpo confluye para que el bebé vaya captando todo el entorno y empiece a desenvolverse con naturalidad, para ello las capacidades pulmonares son también aumentadas, sobre todo cuando el bebe se encuentra en un gateo armonioso, aumenta la cantidad de oxígeno que recibe el cerebro, y su descanso.
A nivel visual, su progreso también es evidente, su cerebro coordina sus actos con sus capacidades, forzándolo a nivel interno a organizar sus cálculos oculares con sus posibilidades manuales.
Las capacidades visuales en el bebé son claramente aumentadas, ya que el cerebro tiende a unificar las imágenes que recibe mediante dos ojos, en una imagen más completa, igual que si solapamos dos imágenes que llevan relación y la estrechamos para que encaja en nuestro marco.
Mediante el gateo además es capaz de obtener imágenes tridimensionales desde el suelo, ya que tiene que componer estructuras mentales de lo que observa a tan poca altura, además es capaz de ver el fondo, sombras, y aspectos insignificantes para los adultos.
Su cerebro es capaz de recrear perfectamente a que distancia se encuentra el objeto y enfocarlo con una vista de lince. Se puede observar cuando lanzamos algo al suelo, o se nos cae por descuido como va al sitio exacto donde se encuentra el objeto, su cerebro se prepara para captar todo aquello que se encuentre a su alcance.
Todas estas razones, llevan a expertos y médicos especializados en pediatría a recomendar el gateo como algo necesario y creativo en la vida de un bebé, ya que estimula operaciones muy sofisticadas como lectura y escritura, reduciendo las posibles consecuencias de sufrir un fracaso escolar más adelante.
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