La habitación y la cama del bebé

Cuando pensamos en la manera de adaptar nuestros hogares al pensamiento de Montessori, debemos darnos cuenta de lo importantes que son las cosas que ponemos en ellos.

Nuestros pequeños absorben todas las impresiones que le rodean y en casa, su entorno, debemos tener presentes dos objetivos:

La organización de la casa

Debe contribuir a que el niño sea más independiente y a que tenga mayor seguridad en si mismo sin perder jamás de vista su salud y seguridad. (ante la duda, ponte a su altura y “gatea” toda la casa)

Y hacerlo con orden y belleza. Una maceta, un cuadro, una flor…

Su habitación

Debemos intentar que sea luminosa, ordenada y alegre pero sobre todo, debemos crear un ambiente en el que el niño pueda moverse.

La cuna-cama es algo que nos lleva de cabeza muchas veces, más por estética que por funcionalidad.

Las cunas con barrotes, dan seguridad a los adultos pero no independencia a los pequeños, puesto que si se despierta, necesita de un adulto que se acerque para sacarlo.

Colocar la cama a su altura, o un colchón en el suelo, es la opción más recomendable en los primeros años.

Desde bien pequeñitos y con los primeros gestos de gateo, los pequeños aprenden a subir y bajar de la cama, ¡incluso a volver a ella, cuando tienen sueño!

Si colechas, o tu pequeño duerme en una cama alta, muestrale en cuanto esté preparado como bajar de la cama (de espaldas).

Además de la cama,es conveniente dejar a su alcance sus juguetes y libros donde pueda coger y decidir con qué jugar; una estantería baja puede ser una buena solución.

En resumen:

Debemos darle la mayor libertad, dejarle explorar libremente su habitación desde el primer momento.

Y ante las dudas, empatiza y ponte a su altura, gatea, tumbate boca arriba..Mira el mundo como lo ve tu hijo, muy cerquita del suelo.

Con estos gestos los pequeños ganan en independencia y autonomía.

Los niños han nacido para moverse.Dejémosles que lo hagan

#habitacion